Desde el tiempo de las cruzadas hasta los inicios del siglo XX, entre las clases populares, la alternativa de mayor uso fue el colchón de lana, tomando éste gran importancia entre las culturas hispánicas latinoamericanas; su fabricación consistió en que primero se formaban las tapas de material textil grueso subdividido en cámaras longitudinales de aproximadamente 30 centímetros de diámetro y así éstos tipos de colchones a finales de los 70’s desapareció.
Los colchones rellenados con plumas, son muy apreciados aún, pues cuentan con cualidades flexoelásticas, sobre todo el colchón relleno con plumas de ganso o plumas de pato, ya que debido a la forma arqueada de dichas plumas brindan comodidad bajo esas propiedades, además de ser térmicos, haciéndolos muy apreciables y recomendables en zonas con climas fríos, pero debido a toda su elaboración esos tipos de colchones son de un precio muy alto.
Otra variedad de colchones modernos son los de aire, cuya utilidad se encuentra en los campamentos, pues se trata de bolsas rectangulares rellenadas con aire, y su flexibilidad o dureza se logra quitando o agregando aire en su interior, además de tratarse de colchones muy ligeros y fácil de guardar estando vacíos.
También los muy usados en Japón, China, Corea, son los tipos de colchones fabricados con materiales vegetales, siendo éstos muy delgados hechos con fibras naturales como el tatami, la totora y el arroz, por lo que tienen poca resistencia y una escasa cualidad flexoelástica al cuerpo en reposo, pero debido a estas propiedades de rigidez esos tipos de colchones cuentan con índices menores en la deformación de la columna vertebral.